sábado, 8 de julio de 2017

Calles y fiordo

Lo he dicho muchas veces. El bacon marca la diferencia. Si en el desayuno del hotel hay bacon, todo irá bien. Y en este lo hay. Y frutas, dulces, quesos, embutidos (no más, por favor) y hasta salmón. Que a mi me da lo mismo, pero ver a Ingrid contenta me gusta.

El desayuno es tan bueno que hemos ido a desayunar con mochila. Hemos ideado una estrategia sencilla pero efectiva. Ponemos un tupper abierto en el asiento y llenamos un plato con embutidito y salmón. Cuando no mira nadie... zas! A la saca. Y oye... que te soluciona la cena...

Salimos a conocer Stavanger, ese pueblo donde los turistas visten todos como para ir al Himalaya, pero con ropa nueva. Esta es la base para diferentes caminatas, como la que hicimos ayer o la del Kjeragbolten. Esta no la intentamos pues es muy exigente y técnica. Iba a poner que es dura y larga, pero luego viene el cachondeo... 

El Kjeragbolten os sonará de los catálogos de viaje. Es esa piedra redonda encajada en una grieta en la pared a unos mil metros de altura y que luego os enseñaré (desde abajo).

Pero antes toca ver un poco Stavanger. Hoy vamos por la zona de guiris, cercana al puerto de donde salen los cruceros. Casitas de madera blanca, excepto en una calle que son de colores, reconvertidas en tiendas fashion.



Las tiendas cierran a las 5. Es cierto que ese horario da calidad de vida a los tenderos, pero no da muchas facilidades a los que trabajan. Difícil cuadrar las dos necesidades. Bueno, se podrían poner dos turnos...


Se ven muchas muestras de arte urbano, como algunos graffitis del imitador de Banksy, una caja de fusibles reconvertida en edificio o un David muy colorido.


Tenemos un trocito hasta Forsand. Desde ahí cogeremos un ferry que nos llevará hasta el final del fiordo de Lysen y nos traerá de vuelta otra vez. En total 5 horitas de barco.

Al llegar a Forsand con la intención de comer algo, vemos que no hay nada. Un triste super. Pero, por favor, más embutido no... ¡Ah! Tienen microondas... Pues nada, algo de comida preparada congelada. Hay una zona dentro del super con un par de mesas. Y remarco lo de dentro porque tienes que coger las cosas, ir a pagar y volver a entrar. Vamos, que si te da por ponerte a comer cosas de dentro, ni se enteran.

No es el mejor día para un crucero. Llueve, hace frío, el cielo está feo y la niebla impide ver muchas cosas. Aún así, estamos tan cansados que la idea de estar sentaditos y calentitos dentro del barco no es tan mala. Peor hubiera sido que hubiésemos querido ir hoy al Preikestolen.

Aunque no hay guía, durante el trayecto va parando en los sitios destacados y una grabación en noruego e inglés te explica un poco lo que estás viendo. También hay algún folleto dentro, incluso en español, con algo más de información Es un barco de carga, pero tiene todo lo que los barcos de guiris tienen: asiáticos.

Como siempre, diversas cascadas salpican el camino. Noruega es un país que se está inundando. En esta hay una barca miope que ha venido ver una cascada.

Una de las paradas es Flørli (sin Discau, sólo Flørli). Esa cosa que sube a la montaña es una especie de vagoneta sobre raíles, a la izquierda de los cuales está la escalera de madera más larga del mundo, con 4.444 peldaños.


Sí, claro. Qué causalidad. Seguro que al hacerlo dijeron "bueno, han salido 4.446... quitalé dos, total..". Dicen que hay gente que viene aquí a subirlos. A pie. Venga, va...

Hay dos momentos en el camino en los que todo el mundo sale a hacer fotos. Uno es el Preikestolen, ese saliente de piedra donde subimos ayer. No quiero ni pensar la escandalera que hará cuando se caiga toda esa piedra rodando 600m hasta el agua...

Y el otro, del que os hablaba al principo, es Kjeragbolten. A la ida apenas se distingue por la niebla. Es aquél puntito donde apuntan todos esos móviles y cámaras asiáticos...

A la vuelta despeja un poco la niebla y se aprecia algo mejor. Desde aquí parece una mierdecilla, pero la gracia está en subirse en ese minúsculo punto que tiene una caída vertical de 1.000 metros.


No, la flecha roja no esta ahí, la he puesto yo. Kjeragbolten, así como Trolltunga, son dos sitios pendientes a los que mi forma física no me permitirá ir. Bueno, al Everest tampoco, pero aquí siempre me quedará la duda de si hubiera llegado de haberlo intentado...

Nunca os quedéis con la duda de nada.

2 comentarios:

  1. Doncs avui també hi ha fotos molt xules.... molt colorides..., Quantes flors!!!!! I em dona la sensació pel que comentes que estàs cansat.... tranquil!!! A la foto es veu prou bé, així que no pateixis per si ens hem quedat amb les ganes😜😜😜😜

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  2. I naltros que ens pensàvem que anaves a pujar l'escala... a peu, hahahaha.

    Maques les fotos, fins i tot les dels "xinos", hehehehe, aquests són com una plaga turística

    Ramon i Lluïsa

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