viernes, 30 de junio de 2017

Glaciares

Recordareis que hace unos días me caí por la escalera del hotelucho aquél. Hoy pondremos a prueba mi pie y su dedo morado.... Nos vamos a subir por un glaciar.

Al llegar, el guía nos explica como se ponen los crampones, como se usa el piolet y que vamos a hacer una excursión de 5 horas, de las que 3 serán caminando sobre el hielo. Vamos a ver... señor sherpa (es nepalí...). ¿5 horas? Claro, usted no sabe que tengo pupita en un pie y otras partes de mi cuerpo... Tampoco sabe que tengo ya 50 tacos y que aunque estoy exageradamente bien conservado e inmensamente atractivo (¿verdad, Carol?) mi forma física es la que es...

Pues nada, vámonos al hielo... que es aquella lengua que se ve bajar hacia el lago. Lago que es de color turquesa porque el hielo es así.


Para llegar hasta el glaciar hay que coger una barca que te acerca, pero luego aún hay que caminar un buen trozo hasta tocar hielo. Sigo sufriendo por mi pie... 

Parece pequeño ¿no? Ampliad la foto y buscad a las personitas caminando por encima...

Hace muy buen día, lo cual permite ir sólo con camiseta e impermeable. El viento sobre el glaciar es muy frío, pero al estar en movimiento no se nota.


El hielo es azul. Parece hasta irreal, porque donde da el sol no se nota tanto y es en la sombra y en los agujeros donde se nota más.

La teoría es sencilla: el pie bien clavado en el suelo y siempre siguiendo la pendiente, nunca de lado. Pero claro... se te entrabanca un pie con otro, pisas la cuerda, el de delante o el de detrás te estira, llevas piolet en una mano y cuerda en la otra, haces fotos, miras hacia atrás...

El glaciar está cubierto de unas cosas negras que no hemos sabido averiguar que eran. A primera vista parece tierra pero tiene textura de chapapote... La parte más espectacular son  los agujeros y alguna cuevecita que hay, pero está prohibido meterse, entre otras cosas porque nunca sabes cuando caerá el techo por el deshielo. Y porque vamos atados al guía, que si no...

Después de una par de horas subiendo, no estamos ni a la mitad. Y no por no haber caminado, sino porque es enoooooorme. Hacemos un par de paradas que nos permiten beber algo de agua y comer algo de fruta. Al sherpa le gusta jugarse la vida tontamente, porque saca un termo de té caliente delante de mí y a punto estoy de darle con el piolet para quitárselo...

Nos han dado unos guantes que... dan asquito. Al acabar, los vuelves a echar a un cubo, mojados y con los mocos que, al menos los míos, han ido cogiendo. Son de lana con puntitos de goma para tener agarre y no los han lavado en la puta vida. Eso sí, cuando terminamos la excursión, nos piden qur lavemos los crampones en el río. ¡Que los lavemos nosotros! Jajajajaj Qué chispa tiene el tío...

La bajada es menos cansada que la subida, pero no es fácil. El crampón va siempre en dirección de la pendiente y hay que ir despacio para asegurar los pasos. En algunos sitios muy complicados han tallado algunos peldaños en el hielo que algo ayudan, pero tampoco te creas...


Mi pie ha resistido, pero yo estoy exhausto. Le pido a Ingrid que me deje morir en el glaciar, que así mi cuerpo se conservará bello para siempre, pero no sé que me explica de que si no hemos pagado suplemento de segundo conductor para el coche y bla bla bla. Total, que cogemos a Suzi y buscando algún supermercado para comprar el desayuno de mañana, llegamos hasta el hotel de hoy sin encontrar nada.

Una buena ducha, algo de pan con tomate y embutido que trajimos de contrabando y... a dormzzzzzzzzzz

30 de juny 2017

Crec que aquest serà el dia que més recordarem de tot el viatge (i el més esgotador també)

Avui farem una visita al Parc Nacional de Jostedalsbreen, que té més de 50 glaceres i entre elles la més gran d'Europa amb una superfície de 487 kilòmetres quadrats, la Nigardsbreen.


Tenim contractada una excursió de 5 hores per pujar-hi amb un guía. A l'hora acordada, ens trobem per començar i ens entreguen un parell de grampons, un piolet i guants. La resta, ulleres de sol, roba impermeable i botes son indispensables per poder ser admès a l'escalada.

Una barca ens porta fins la vora del riu on haurem de caminar sobre pedres i sorra per arribar a la base de la glacera. La calor apreta...


Sembla petit, però...


...és enooooorme!

Ja som al destí, ara toca equipar-se i posar-se l'arnés. Hem d'anar lligats entre nosaltres per seguretat.


La pujada és espectacular. Haig de confessar que no havía utilitzat mai grampons i reconec que són un bon invent, sense ells hagués estat impossible arribar fins aquí.


El llac de color blau turquesa que hem creuat ja ens queda molt lluny...


I seguim pujant. Quina quantitat de gel que hi ha aquí! Això no s'acaba mai!


Fa un parell d'hores que pujem entre esquerdes i coves enormes que s'han anat formant amb el desglaç. El silenci només queda interromput pel soroll de les nostres passes i l'aigua que cau com un riu sota el gel.


Tot es podría resumir en això:


La baixada és més ràpida, en 1 hora ja tornem a estar preparats per desfer el camí entre les pedres en direcció al llac.


El nostre guía és del Nepal. Molt amable i pacient amb els que no deixavem d'aturar-nos a fer fotos.


A l'aparcament tornem a comprovar la seguretat en aquest país. 3 motoristes han marxat a fer trekking deixant tot l'equipament recolzat a les seves motos sense cap problema. Segurament quan tornin d'aquí a 4 o 5 hores seguirà tot al mateix lloc on ho han deixat.


Ens acomiadem de la glacera i pensem en la sort que hem tingut en poder pujar-hi. De tot això, d'aquí a uns anys ja no en quedarà res... fa uns mesos que s'ha tancat una altra de les glaceres de la zona perquè està en retrocés.


Son les 5 de la tarda i estem rebentats. Només desitjem arribar a l'allotjament i relaxar-nos una bona estona sota la dutxa abans de sopar.

El nostre dormitori és, si més no, intrigant...

Calía posar els llits aquí dins?


Bona nit i fins demà!

jueves, 29 de junio de 2017

Miradores y fiordos

Hoy hemos descubierto el secreto de la economía noruega y como pueden llevar un ritmo de vida alto al precio que está aquí todo.

Los ferrys. El dinero que recaudan de los ferrys les da para vivir bien el país entero.

El que veis en la foto es el que hemos cogido hoy para ir a la otra orilla. Hay uno cada 20 minutos y cuestan entre 10 y 20 euros por viaje. No sería una exageración si no estuvieramos rodeados de fiordos...

Me da rabia pensar que mi problema ahora es no tener más vocabulario para describir lo brutalmente idílicos que son los paisajes. No avanzarías ni 50 metros sin parar a fotografiar de nuevo lo que ya fotografiaste hace 50 metros...

Nuestro primer objetivo es Geiranger y su fiordo, el Geirangerfjord (¿fácil, no?).

Para llegar hay que bajar una carretera llena de curvas cerradas donde hay, como no, unos miradores preciosos sobre el fiordo.

Para que os hagáis una idea: es como si viniera una inundación bíblica y el nivel del mar llegara justo por debajo de Baqueira Beret. Pues más o menos.

Eso que se ve al fondo es Geiranger, que un día debió ser un pueblo y hoy es un muelle de atraque de cruceros salpicado de tiendas de souvenirs. Los barcos atracados (me refiero a los cruceros, los ferrys son barcos atracadores) los tienen al ralentí, con el motor en marcha, dejando el fiordo lleno de humo. Punto negativo para los cruceros.

Y éste es el ángulo inverso. Nos hemos pasado de largo porque queremos ver unos miradores del otro lado. Para situaros, venimos desde la parte derecha de la montaña nevada del fondo (la de más a la derecha).

Este es el mirador "no oficial". Se llega saltando una valla pequeñita desde el mirador oficial y aunque las vistas son las mismas, la foto no.

Por si os lo estáis preguntado: no, no da tiempo a llegar con el autodisparador. Además, un resbalón aquí sería ligeramente peor que el que me dí en las escaleras el otro día. Había otra pareja haciendose fotos e intercambiamos las cámaras.

Seguimos subiendo. En pocos kilómetros pasamos de mar (aunque sin playa) a alta montaña. Me pregunto para qué serviran esas casitas que hay por todos lados...


Encontramos un lago que nos enamora. Tiene una parte helada (a la derecha de la foto, el lago es más grande de lo que ahí sale) y un azul intenso. No se porqué pero aquí los azules son más fuertes. Rodeamos completamente el lago y le hacemos tantas fotos que creo que podrían reconstruirlo en 3D sin problemas.

Este es un detalle del lago, donde se aprecia el azul del agua. Cuando queda agua por encima del hielo, se aprecia bien ese tono celeste (o turquesa, yo que sé...) precioso.


Seguimos subiendo. Arriba de todo, pero arriba, arriba... concretamente a 1.476 metros sobre el nivel del mar (que está a 21km de aquí) hay un mirador. Noruega es un lugar MUY seguro.  Hace días que no sólo no cerramos el coche, sino que lo dejamos en marcha y nos alejamos a sacar fotos. Pero ... nos han robado en este mirador. 

¡13€!. Joder, cobran 13€ por entrar con el coche... como para darse la vuelta con la de curvas que ha costado llegar hasta aquí... Y encima dice Ingrid que no es un robo, que es lo que vale la entrada... Santa inocencia...

Bueno, las vistas lo valen, la verdad. En mitad de la foto, encima de lo verde, se ve Geiranger con algún crucero atracado allí. Y se aprecia también una parte de las curvas que hemos tenido que hacer para llegar hasta aquí.

Volvemos a Geiranger porque tenemos contratado un crucero (un ferry largo, vaya) hasta Hellesyt, para continuar viaje desde allí. Como no podía ser menos, el fiordo está alimentado y rodeado por cascadas que van vertiendo el agua del deshielo. Con tanta gente y a contraluz era difícil hacer algun foto interesante, pero os pongo esta que da una idea del barco también.

Mañana, más...

29 de juny 2017

Avui he vist un dels paisatges més bonics que recordo. Però això us ho explicaré més endavant, comencem pel principi.

El despertador ha sonat a les 8 i hem pogut esmorzar tranquilament dins la cabana mentres decidíem de no fer la caminata fins la cascada de Storsetersfossen (tela el nom també) ja que el dit d'en JC ha d'estar preparat per divendres i no el volem forçar.


Avui anirem cap a Geiranger, una petita localitat turística situada a la capçalera del Geirangerfjord i des de 2005, inclòs a la llista de la Unesco com a Patrimoni de la Humanitat.


L'envolten infinitat de miradors plens de turistes com nosaltres que volen buscar la millor fotografía (sempre i quan no acabi d'arribar un autocar amb 50 persones que ocupin tota la barana).

Mirador 1 per tenir la vista lateral del fiord


Mirador 2 per veure'l de cara després de saltar una tanca i colar-nos per on no es pot anar, encara que s'expliqui a tots els foros de viatges.


Mirador 3, el més relaxat de tots


I el millor de tots, el camí cap al Mirador Dalsnibba a 1.700m d'alçada.


Un paisatge màgic, amb el llac desglaçant-se, el silenci, el dia fantàstic amb un sol radiant i la millor companyía possible. L'hem vorejat amb el cotxe sortint-nos de la ruta prevista i ha valgut la pena.


A la baixada, hem aprofitat per seure al costat de la finestra de la cafetería i menjar-nos un tros de pastís mentres ens relaxavem amb el paisatge. No hagués marxat d'allà...


...però tenim reserva per fer un creuer pel fiord a les 18:30h i ja que anem bé de temps, volem intentar agafar el de les 17h per no arribar molt tard a l'allotjament.


Objectiu aconseguit! Ja som dins el vaixell!


L'aprofitem per pujar-hi la Suzi i seguir el trajecte des de l'altra banda per avançar camí.

I per dinar, encara que siguin les 7 de la tarda!


Arribem al camping a les 10 del vespre i de seguida entenem perquè ens ha costat només 40€. Tinc la costum de fotografiar els dormitoris per on passem i no sóc capaç de fer-ho amb aquest! Sóc molt optimista si us dic que fa 4m2.


Bona nit i fins demà!

miércoles, 28 de junio de 2017

La carretera de los Trolls

Nos disponemos a dejar la casa donde hemos dormido esta última noche. La que nos hacían descalzar en la entrada.

Nuestra habitación está en el piso de arriba, subiendo por una escalera de pequeños peldaños. En el segundo viaje bajando maletas llevo un troller en una mano y en el segundo escalón se juntan tres factores: el escalón es pequeño, yo voy en calcetines y la madera resbala mucho. Resultado: la ostia padre.

He bajado como unos 8 o 10 escalones dando una voltereta hasta el suelo, rodando con la maleta. Al ir descalzo, me golpeo el pie derecho. Total, un brazo y una nalga con moratón e hinchazón y dos dedos del pie doloridos. No parecen rotos... solo amoratados. Esperemos que no me impidan caminar las excursiones que tenemos. Al menos conducir parece que podré hacerlo bien.

Ah! No lo había dicho: me cago en el dueño de la casa, en ir descalzos y en no respetar las normas UNE en las medidas de escalones.

Nuestra primera parada es Alesund o algo parecido. Hay un mirador al que se llega por una empinaaaaaada y laaaarga escaleeeera.

O en coche por el otro lado, que es por donde subimos nosotros, claro. Para aventura ya tenemos usar el lavabo de la cafetería sin pagar y colarnos también sin pagar al mirador. Nosotros y tooooodos los turistas que vemos.

La vista es .... voy a tener que comprar un diccionario de sinónimos para no repetirme estos días. Hay un crucero amarrado que da un poco la escala del paisaje.


El día promete (y cumplirá) ser magnífico y estar soleado hasta el final. Mejor, porque nos vamos hacia las montañas. Montañas nevadas. Pero para llegar hay que pasar por la carretera de los trolls... Me refiero a esos bichos enanos, feos y narigudos.

La carretera de los trolls o Trollstigen es un trozo de carretera conocido por sus curvas cerradísimas. Y por sus cascadas.

Hay algunos sitios (pocos) para parar el coche y echar alguna foto y por supuesto no desaprovechamos ni uno.

Esta carretera va subiendo y subiendo hasta que se mete de lleno entre montañas nevadas. Todo el agua que se ve en las cascadas procede del deshielo. O eso dicen, porque mira que baja agua...


Hay muchos turistas en moto. La verdad es que no hay un kilómetro aburrido o una curva fea. Si te gusta conducir, Noruega es tu destino.



Poquito antes de llegar a nuestro sitio para dormir hoy, paramos en la garganta de gujr... rugj... jujurh... en una garganta cercana. Han instalado una plataforma metálica de tal manera que puedes ver las cascadas desde encima mismo. No es un recorrido muy grande, pero sí bonito.


Y llegamos al camping... tengo el cuerpo dolorido de esta mañana y sólo pienso en acostarme, aunque antes cenamos algo rápido.


Para hoy hemos cogido una cabaña en un camping. Bonito es. Tenemos 4 camas divididas en dos literas. También hay un horno y un fuego eléctrico, así como cacharros de cocina. Todo ello con un poquito de bastante mierda. Suerte que los edredones están limpios y que traemos nuestras propias sábanas. No hay agua en la habitación y el baño compartido está a dos estaciones (primavera y verano) a pie.

Mañana os cuento como están mis dedos del pie derecho...